CONVERSIÓN

“Si busca la iluminación fuera de usted mismo, terminará siendo en vano incluso que realice diez mil prácticas o diez mil actos virtuosos. Es como el caso de un hombre pobre que pasa los días y las noches contando el dinero de su vecino, pero no gana para sí mismo ni media moneda.”.

El logro de la Budeidad en esta existencia”. Los escritos de Nichiren Daishonin, p. 4.

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No recuerdo sí te lo dije: hace siete años profesé mi fe en la práctica del budismo de Nichiren, como miembro oficial de la organización Soka Gakkai Internacional (SGI). Como práctica espiritual, ha sido mi mejor experiencia: no se trataba ya de pasarle el láser al prójimo y luego vamos todos a darrrno el sssaludo de la paz–así mismo lo dice uno de los curas de la Misa Televisada; me da una gracia…

Bueno, pues sí, si así te parece, ni modo: me convertí al budismo. Ahora la cosa va por mi devoción a la Ley Mística de Causa y Efecto, entonando mi gongyo en la mañana y en la noche para recordar mi consagración y, por supuesto, hacer mi daimokunam myoho rengue kyo, o, sea, reafirmar mi fe en la ley mística, visualizando la felicidad que me da estar en paz dentro de mí y conmigo. Pues claro: hay que buscar la felicidad hasta en un estanque fangoso, sobre el que una exquisita flor de loto abrirá su corola con el pudor del primer encuentro, mostrando las semillas en su interior. De igual modo, tanto en el fanguero como en el mármol, somos Uno con el Todo. Eso no es ciencia física, par favaaar.

Oye, pregúntame todo lo que quieras, que yo agarro los topos y ya sabes. Bueno.

Pues como hasta…. Yo te diría que como para noviembre del 2005, yo era un católico práctico muy devoto, siempre mariano –todavía tengo imágenes de la Madre de Lourdes que me recuerdan un milagro extraordinario que llegó a mi vida por la fe –eso te lo cuento después. Ahí descubrí que, cuando La Muerte se te sienta delante, no lo hace con la cara del Cristo sangrante del Viernes Santo, asfixiado por la tortura, demolido por la insensatez, que viene a buscarte pa cobrarte la factura por tanto que tuvo que sufrir y, pues, meterte sin pena en la olla ‘e presión. Na’ que ver: La Muerte siempre se produce pa’ lucir como El Diablo. Siempre viene bien perfumaíto El Condenao–porque así le llamo. Con la gran diferencia que el tipo es como una torre, y trae esa cara de Henry Cavill a la que no se sujeta nadie. Entonces, se regodea y se sieennnnta sobre la butaca más cómoda, bien jallao como El Que Más Rico Estoy, a ver qué le ofrecen… Aunque sea un gummy.

DRAE. es

Yo hablando de Superman y tú te acuerdas del Cristo que había en el cuarto de Mami y Papi. Sialamadre, coño.

Mira: ese Cristo sangrante se marcó en mi mente desde los siete años. Era una figura de medio cuerpo, de yeso pintado –de esas que se vendieron mucho por los sesenta y setenta–, pegada sobre una plancha de plywood. ¿Te acuerdas? Pues en casa hay una que debe costar ahora como 30 pesos, yo qué sé. Esa vaina me daba los terrores de la vida porque yo estaba seguro de que lo veía to-do. ¡Pero cómo no lo voy a saber si me hacían mirarlo cada vez que me cogían en un embusteeeee!

Cuando andaba sospechoso, Papi me ponía allí al frente de esa efigie que, con la sombra que le creaba la lamparita rosa del cuarto, parecía medir cien pies. Yo miraba pa’rriba y Él, con esos ojos de embuste pero que que meten la feca, me pasaba por la máquina de rayos X del aeropuerto para sacarme hasta el último mal pensamiento que tuviera almacenado en mi tierna cabezota. Y, a esa edad, ya tenía muchos–demasiados. De ninguna manera salía vivo de allí si se me zafaba uno…

¿Sabes por qué me abracé al budismo? Porque me sentí tranquilo. De la primera entendí que si una flor de loto es capaz de regalar su belleza al mundo desde un estanque, ¿qué más no podré hacer yo? ¡Transformar el veneno en medicina y curarme, coño! Sanarme de todos los fuetazos que me di en la espalda por no saber jugar baloncesto, porque no podía correr, porque nadie me quería en los juegos, porque me gustaba escribir, porque veía novelas, ay dioj, ¡por tantas cosas estúpidas, por tanto jodío miedo!

Pues eso, de verdad. Yo creo que eso que están hablando por ahí de las terapias es una soberana mierda si lo aprueban pa que cuanto charlatán le dé la gana monte un negocito y empiece a pegarle alambres pelaos, conectaos a una batería de carro, a un pobrecito muchacho que le gusta hacer bizcochos o se sabe de memoria los bailecitos de TikTok. O a una pobrecita nena que se sienta atrás, no tiene novio y le quiere cargar la mochila a Lara, la hija linda de la profesora…

¿Cómo fue? No. No no. Lo que uno es, lo que siente, no tiene nada que ver con lo que tú crees. Punto. Cree en una hoja de yagrumo. En un disco de Madonna. En Marshalls, en tu colección de Sex and the City, en lo que te dé la puta gana, pero sé feliz. Como eres. Porque así como la flor de loto se luce ahí, en medio del fanguero, sin que nadie le diga un coño, ¿quién te tiene que decir cómo tienes que administrar tu vida y meterse en tu cama? Pues mira, que aprendan. Y si no pueden aprender, que breguen. Pero nadie tiene derecho a meterte, a la fuerza, a cualquier estupidez de esas prometiéndote que “es por tu bien” y porque “tienes que ser como naciste” o sabe Dios o Buda (o quien esté allá arriba que coja el teléfono) la sarta de estupideces que te pueden decir o hacer. Incluso pararte delante del Cristo Sangrante en el cuarto porque dices mentiras, coño.

Es más: tan pronto llegue a casa de Mami, voy como una saeta hasta el Cristo ese de yeso pa decirle: “gracias, bróder, por tantos años, y tú perdona pero ya no te tengo miedo porque sé que tú y yo somos uno con el Todo”–

Te digo que nooooooo. No se le van a mover los ojos. Son pintaos, así que no me jodas.

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Published by Jorge Pérez-Renta

Jorge Perez-Renta, Ph.D., is a senior content writer for TV, documentary, and film, a university professor, and a former Op-Ed columnist. Also, he has worked as a translator for theater and musical plays and is a published author. He has an extensive career in creative/media content. Including sitcoms and dramedies, TV documentaries, weekly health/wellness reviews, and educational shows. His alter ego, perezrentaj, writes and performs humor-filled remarks about his personal life, strange relationships, social anxiety, and queer experiences in his blog (WordPress) while working on forthcoming creative projects.

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